Los corrimientos consistentes en flujo de lodo se producen en zonas muy lluviosas, afectando a zonas muy grandes. Los terrenos arcillosos, al entrar en contacto con el agua, se comportan como si alcanzasen el límite líquido y se mueven de manera más lenta que los deslizamientos. Se da en pequeñas pendientes, pero en gran cantidad.
Los espesores varían de acuerdo a la configuración estratigráfica del sitio de ocurrencia del fenómeno, y de ahí sus efectos en la zona de influencia. Aunque puede decirse que ingenierilmente no es posible evitarlo, sí se pueden mitigar los efectos aplicando criterios básicos de bioingeniería e ingeniería ambiental.
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